Tarde…pero mil gracias

diciembre 10, 2016

Siempre me ha gustado viajar en tren, no sé por qué. Creo que es esa sensación de estar sentada durante horas, ver la vida literalmente pasar y sólo poder leer, escribir, pensar o entretenerme con el móvil. Desecho esta última opción, voy a escribir con boli y papel, son muchas las horas invertidas ya. Es lo que tiene la distancia. El móvil es la única conexión «tangible», por decir algo, que te queda con los tuyos. El único modo de percibir su tono de voz cuando llega un mensaje, de escucharles, de apoyarles o que te apoyen, incluso de reir juntos por anécdotas varias; básicamente, de estar.

Así que tarde, pero GRACIAS por ESTAR ahí, aun siendo en la otra parte del mundo. No sabéis lo importantísimo que estáis siendo para mí.

Es algo que aprendí con el tiempo, me costó mucho darme cuenta de lo importante que es trabajar para sentir cerca a la gente que quieres a pesar de la distancia. Llegué tarde pero creo que me he hecho una experta en amistades y relaciones de corta y larga distancia, de todas las posibles, porque no puedo estar más lejos de vosotros, creo. Y sin embargo, os siento muy cerca a pesar de no poder besaros ni abrazaros, de no poder reirnos juntos y veros a los ojos mientras intercambiamos historias.

GRACIAS por seguir haciéndolo todo tan especial compartiendo conmigo vuestras rutinas, lo que pensáis, lo que hacéis, lo que os duele, lo que os vuelve locos… Gracias por esos pedacitos de vuestra vida con vídeos, y gracias por todos los segundos de mensajes de voz que acumulo en mi móvil y que me han aportado tanto. Gracias por las alegrías compartidas, por el apoyo en los momentos débiles, por la fuerza que me transmitís y por lo que siempre habéis confiado en mí, antes y durante toda esta aventura.

Tengo la mejor familia y los mejores amigos del mundo. Definitivamente no puedo llegar más lejos. Os quiero.

Muy muy feliz 2017 a todos desde esta parte del mundo.